domingo, 20 de enero de 2013

Una noche en el Museo

O más bien, en nuestro caso se trata  "Una mañana en el Museo", en el Museo de las Ciencias, que era el último cartucho que nos quedaba por quemar de todo el complejo de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias de Valencia, gracias a unas fantásticas entradas que permiten el pase a los tres edificios del complejo en los días que tú elijas. Así es que en Navidades disfrutamos de las otras dos, Ocenaogràfic y Hemisfèric y nos quedaba pendiente ésta última. Por cierto, gracias, my friend, por las entradas...

Así es que esta mañana he cogido a los niños, a una amiguita de Irene, los almuerzos, el agua, las chaquetas y a mi misma y nos hemos embarcado en una aventura al maravilloso mundo de la Ciencia...

Y la verdad lo hemos pasado en grande (yo también), de hecho se nos ha quedado un poco corta la mañana...

Los niños tenían auténtica avidez por cada experimento, y eso que para ninguno de ellos era la primera visita a este museo, pero van creciendo, su curiosidad es distinta y su capacidad de comprender los experimentos y de sacar sus propias conclusiones también.
Durante la visita casi corrían de un lado a otro buscando nuevas experiencias, y al salir, hablaban sin parar de lo que a cada uno les había gustado más..., y esto es siempre sinónimo de que lo han pasado bien, cuando hablan sin parar, cuando se preguntan entre ellos, cuando todos quieren contar su visión de lo que acaban de vivir...

El mejor experimento para Rubén... un cacharrilto que distorsionaba la voz, para Irene, la incubadora donde veías nacer a los pollitos, para mi... difícil de elegir... y para Maca... mejor le preguntamos a ella...


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