Se acerca la Navidad, el frío ya está aquí, los catálogos de juguetes y los turrones hace ya más de un mes que están por todas partes (y la rabia que me dan ambas cosas por igual no os la podéis ni imaginar), pero es cierto, la Navidad está a la vuelta de la esquina, pero la de verdad, no la que se empeñan en vendernos...
Y como siempre por estas fechas en casa empieza a oírse hablar de Adviento, de postales, de buenos propósitos, de villancicos, de regalos inmateriales, en definitiva.... de preparar corazones.
Pero este año le vamos a dar una vuelta de tuerca al Calendario de Adviento. Vamos a colocar nuestro árbol de navidad, es pequeñito, y lo ponemos siempre a la entrada de casa. Y ése, este año, será también su lugar. La diferencia, es que no lo vamos a adornar de golpe, no...., no lo vamos a llenar de espumillones ni de bolas brillantes, sino que lo vamos a llenar de buenos propósitos, de deseos, de palabras bonitas...., ellos serán los que adornen nuestro árbol este año, y lo harán haciendo poco a poco, día a día.... para que conforme se vaya acercando la Navidad está más bonito, más lleno de vida, y nosotros más alegres y preparados para la Buena Noticia.
Así es que para ello tengo a los dos pequeños artistas empezando a trabajar con sus manitas.Pero el resultado de ese trabajo, e incluso el paso a paso, por qué no, vendrán en otro post, dentro de muy poquitos días....
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