La verdad es que no tiene forma de árbol de Navidad, ni tampoco luces de colores ni espumillones, pero es nuestro particular árbol dulce para regalar a las personas que colaboran de cerca en la educación de nuestros hijos.
Y si es de nuestros hijos para ellas, para sus profes, que mejor que sean ellos quienes lo hagan con sus propias manos.... y ese es uno de los motivos que me ha hecho elegir este año esta "manualidad" tan golosa, que es tan fácil de hacer que yo sólo tenía que vigilar que las gominolas fueran a parar al corcho y no a sus bocas, jejeje.
SE NECESITAN:
Gominolas.... muchas, pero que muchas... |
Palillos que cortaremos por la mitad y cuatro brochetas de madera para formar el tronco del árbol |
Una bola de corcho blanco |
Una maceta que nos guste (la rellenamos de espuma de esa en la que se clavan las flores artificiales y la cubrimos con papel de seda marrón por encima para que parezca tierra) |
Ya hora solo nos queda ir clavando pacientemente las gominolas en el corcho, así....
Al acabar ponemos el tronco, y lo clavamos en el tiesto.... y ... ... .... ¡¡¡¡a disfrutar!!!!
Ñam, ñam!!!!
ResponderEliminar